miércoles, 8 de mayo de 2013

El peligro de una sola historia


      Chimamanda creció en Nigeria y comenzó a leer a los cuatro años y a escribir a los siete años. Para lo que estamos acostumbrados, es una edad muy temprana. Leía literatura inglesa y estadounidense. Ella siempre escribía sobre lo que leía, por ejemplo, sus personajes todos eran blancos y con los ojos azules a pesar de que ella nunca había salido de Nigeria. Con esto, Chimamanda quiere explicar lo influenciables que somos. Por ejemplo si se lleva una cosa, todos nos compramos una cosa, si leemos un libro que es de una manera determinada, nos creemos que todos los libros son así. Todo cambió cuando empezó a leer libros africanos y se dio cuenta de que las personas como ella, negras de piel, podían aparecer también en la literatura. Ella dice que encontrar los libros africanos le salvó de escuchar una sola historia de los libros.

      Muchas personas se creen que las personas como Chimamanda, que viven en países de África, son pobres y no saben nada. Y eso no es así. En esos países hay muchas personas pobres pero porque uno sea pobre no tiene porque no poder cultivarse. En esos países hay personas cultivadas como en Europa por ejemplo. Chimamanda denuncia la lástima que sienten muchas personas blancas nada más conocer a personas de raza negra porque piensan que no tienen nada ni saben nada. Como he dicho anteriormente, estas personas que piensan de esa manera, es porque nada más conocen de África la historia de la catástrofe.

      Según Chimamanda, la idea de ver a los africanos como personas incapaces de hacer algo viene de Occidente. Aquí muchas personas piensan que los de raza negra son una raza inferior. Esto, en el siglo XXI en el que vivimos, ya no debería existir. La gente debería ser más abierta y flexible e intentar llevar el asunto más al fondo sin catalogar a primera vista. Las personas se suelen quedar con lo primero que les dicen y piensan que esto es lo verdadero, pero esto no es así, hay muchas versiones de las cosas. Uno debe escuchar todas y luego ya tomar sus propias conclusiones, no creerse lo primero que le dicen.

      
      La historia única crea estereotipos. Esto se puede ver muy claro con un ejemplo: si conocemos a un francés y es brusco, antipático, engreído, etc. No podemos pensar que todos los franceses son de esa manera porque nos estaríamos enganchando. Sería incompleto. No podemos convertir la individualidad en colectividad. Estoy muy de acuerdo con Chimamanda cuando dice que la historia única enfatiza nuestras diferencias en lugar de nuestras similitudes. Es decir, lo que se suele decir de los africanos son cosas malas y si en verdad no nos fijáramos solamente en una historia, nos daríamos cuenta de que en verdad tenemos mucho en común los africanos y nosotros.

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